Hace cinco años nació una idea que, aunque parecía pequeña, venía impulsada por un sueño enorme: crear en Oaxaca un centro de investigación clínica capaz de transformar vidas. No teníamos todas las respuestas, pero sí una certeza profunda: queríamos construir un lugar donde la ciencia se viviera con calidad, compromiso, humanidad… y con un sentido absoluto de responsabilidad hacia cada persona que deposita su confianza en nosotros.

Desde entonces, cada paso ha tenido un propósito. Acercar la ciencia a quienes más la necesitan, abrir oportunidades donde antes no existían, ofrecer esperanza cuando parecía agotarse. Cada paciente atendido, cada especialista que se suma, cada familia que encuentra una luz… nos recuerda que la investigación clínica no es solo datos y protocolos: es servicio, empatía y respeto por la vida.

En estos cinco años, CICLO ha demostrado que en Oaxaca sí es posible hacer investigación clínica con excelencia, pero sobre todo, con corazón. Lo hemos logrado gracias a un equipo que cree, que se entrega y que entiende que detrás de cada estudio hay una historia, un rostro y una esperanza que merece nuestro mayor esfuerzo.

Hoy celebramos cinco años de constancia, aprendizaje, noches largas, desafíos superados y sueños que comienzan a tomar forma. Cinco años construyendo algo que trasciende las paredes de un centro: una comunidad comprometida con transformar vidas a través de la ciencia.

Porque CICLO no es solo un centro de investigación. Es un puente hacia nuevas oportunidades, un abrazo de esperanza y un recordatorio de que la ciencia también tiene alma.

Sigamos avanzando. Lo que estamos construyendo apenas comienza… y lo mejor está por venir.